La Universidad de Concepción del Uruguay expresa su profundo pesar por el fallecimiento del Papa Francisco, figura central de la Iglesia Católica y referente moral de nuestro tiempo.
El primer Papa argentino y latinoamericano marcó una transformación histórica en la Iglesia, guiándola con una mirada profundamente humana y comprometida con la justicia social. Su visión espiritual y política dejó una huella indeleble en el mundo contemporáneo.
El Rector de la Universidad de Concepción del Uruguay y Presidente de la Asociación Educacionista La Fraternidad, Dr. Héctor Sauret, despidió con «gran pesar» al Sumo Pontífice, y recordó que «lo visitamos en la Ciudad del Vaticano acompañándolo desde su mensaje de Laudato Si, y ahora con su partida continuaremos su prédica por la paz en el mundo y la dignidad humana».
Asimismo, el Dr. Sauret confirmó que «entornaremos nuestras puertas y acompañamos a los creyentes que lo sienten con afecto y profundo pesar en estos días de la Pascua de Resurrección».
Desde esta Casa de Estudios, abrazamos su legado con gratitud y compromiso.
Francisco, un pontificado para la historia
La noticia de su deceso conmueve al mundo entero y, especialmente, a nuestro país, que lo vio nacer como Jorge Mario Bergoglio y lo despide hoy con respeto, admiración y gratitud.
El Papa Francisco murió en la mañana del lunes, apenas un día después de haber ofrecido su último mensaje al mundo desde el balcón de la Basílica de San Pedro, durante la celebración de Pascua. En esa última bendición “Urbi et Orbi”, volvió a hacer un llamado a la libertad de pensamiento y a la tolerancia, pilares de su mensaje pastoral.
Elegido en 2013, el Papa Francisco será recordado por su cercanía con los más humildes, su impulso a una Iglesia más abierta y dialogante, su firme llamado a cuidar el planeta y su defensa constante de la paz y los derechos humanos. Con un estilo pastoral austero y una voz profética en temas globales, su legado trasciende lo religioso y deja una marca perdurable en la historia del siglo XXI.
Fue un hombre que transformó profundamente la Iglesia Católica con una mirada humana, social y contemporánea. Desde su elección, rompió moldes establecidos, acercó la Iglesia a los más humildes, denunció con firmeza las injusticias del mundo moderno y promovió una cultura del encuentro basada en el diálogo, la misericordia y el compromiso con los más vulnerables.